El pasado domingo 23, vísperas de San Juan organizamos algunos vecinos (como en muchas otras casas) una pequeña verbena. La idea era que cada pareja o familia trajera algo de comer para compartir y algo de postre también.Es increíble la capacidad del ser humano para comer, deglutir y seguir comiendo horas después. Vaya comilona, Dios! Lo mejor de estas festividades con gente que no te ves muy a menudo es que ”todo el mundo lleva algo por si las dudas”. No vaya a ser que cada uno de los presentes quedemos mal….., jaja. El caso es que por ser comedidos pecamos de exceso y no hacemos comida sólo para los […]